Bogotá, Colombia – En un sorprendente reconocimiento, el presidente Gustavo Petro admitió que su administración cometió un error significativo en la implementación de la reforma tributaria. Durante la clausura de la convención de Asobancaria, el mandatario explicó que, en el afán de mostrar la reforma como un éxito, se aprobó un decreto que aumentó sustancialmente los anticipos de renta, el impuesto de renta y la retención en la fuente, lo cual resultó ser “mortal” para la economía del país.
Petro señaló que, debido a este error, el año pasado se recaudaron impuestos de manera exageradamente alta, lo que provocó que los grandes contribuyentes pagaran sus impuestos por adelantado. Esto ha llevado a una desfinanciación del presupuesto actual. “El año pasado fue exageradamente alto el recaudo de impuestos, y aquí tenemos que decir por qué, porque hubo un error del Gobierno. […] En el intento de mostrar una reforma tributaria exitosa, se expidió un decreto que aumentó sustancialmente los anticipos de renta, de impuesto de renta y la retención en la fuente. Mortal”, afirmó el presidente. Como consecuencia, el ministro de Hacienda se vio obligado a recortar el gasto.
Además, Petro expresó su preocupación por las altas tasas de interés del Banco de la República, que no están disminuyendo en términos reales y representan un riesgo para el sistema financiero. “Tenemos el sistema financiero peor parqueado de América Latina”, declaró. Sin embargo, reconoció que la intervención del gobierno en este asunto es limitada, más allá de la participación del ministro de Hacienda en la junta directiva del Banco Central.
El presidente reiteró su propuesta de inversión forzosa para que la banca privada financie más la inversión productiva, lo cual, según él, podría impulsar la reactivación económica.
Caída en el Recaudo Tributario y Medidas de Ajuste
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, confirmó que el recaudo tributario a mayo de este año alcanzó los 108 billones de pesos, lo que representa una caída del 6.5 % en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta disminución en los ingresos fiscales ha llevado al gobierno a recortar el gasto público, asegurando que no se verán afectados los programas sociales ni el empleo.
Bonilla explicó que la caída del recaudo se debe, en parte, a las devoluciones de saldo del impuesto de renta, permitidas por un decreto emitido previamente. Además, el fallo de la Corte Constitucional sobre la deducción de las regalías del impuesto de renta ha representado una pérdida adicional de más de 6 billones de pesos.
En respuesta a estos desafíos fiscales, el gobierno está preparando un decreto para aumentar el precio del diésel, que ha estado subsidiado a través del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC). Aunque los aumentos serán graduales para evitar un impacto significativo en la inflación, los grandes consumidores, incluyendo el sector agrícola, serán los primeros afectados.
Bonilla finalizó señalando que, de no haber sido por los incrementos en el precio de la gasolina, la inflación se habría ubicado alrededor del 5 %. “El impacto en el alza de la gasolina, sobre la inflación, fue de 1.9 %”, concluyó.
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